jueves, 10 de junio de 2010

TEORIA SITEMICA

¿QUÉ ES LA “TEORÍA COGNITIVA SISTÉMICA DE LA COMUNICACIÓN"?
Introducción:
Los sistemas sociales surgen a partir de la comunicación. Los seres humanos establecen vínculos que les permiten generar sistemas de un orden distinto al de su propio funcionamiento psicológico individual. La comunicación es el elemento básico de los sistemas sociales, en tanto el pensamiento lo es en los sistemas psíquicos. El nexo entre ambos tipos de sistemas es necesario, pero no transcurre sin dificultades. Un problema frecuente, tanto en las interacciones familiares cotidianas como en las conexiones entre organizaciones y, también, en las relaciones internacionales está referido a las falencias o dificultades en la comunicación.

¿Qué es lo que nos permite comunicar nuestras ideas? ¿Qué es lo que permite o impide que otros entiendan exactamente lo que queremos decir? Estas son quizás las dos preguntas más desafiantes para unos estudios de la comunicación.
La respuesta no es simple, porque son muchas las áreas de estudio involucradas. Se necesitan por lo tanto, para responder, una herramienta que permita abordar la complejidad y reducirla a niveles que faciliten la comprensión. Esta herramienta es la «sistemografía», método de estudio que corresponde a la teoría General de Sistemas. Recurriendo a ella, una explicación en profundidad nos ha llevado a escribir un libro cuya extensión bordea las 400 páginas (Ver «Teoría Cognitiva Sistémica de la Comunicación», Ed. San Pablo, Santiago, 2002). Es imposible, por lo tanto, dar cuenta de todos los detalles en estas breves páginas.

1. ¿Por qué «Teoría Cognitiva»?
Existen varias razones para abordar la comunicación desde el ángulo del conocimiento:

1. Para realizarnos como persona, es esencial que podamos recurrir a un proceso de interacción e intercambios con nuestros semejantes: nos desarrollamos a medida que desarrollamos nuestro conocimiento acerca de nosotros mismos y del mundo que nos circunde.
Por ello, las Ciencias de la Comunicación han de acudir a las Ciencias Cognitivas.

2. El contenido de la comunicación es por esencia una información y ésta ha de estar relacionada con el conocimiento de quién la emite, al mismo tiempo que su objetivo o finalidad será lograr también un conocimiento en el destinatario, de lo contrario se podría dudar de la utilidad del proceso (no prejuzgamos nada en relación al valor o a la importancia que se pueda dar a ese conocimiento, ni tampoco acerca de su eventual conservación u olvido).

3. El descubrimiento de lo anterior por parte de los especialistas (principalmente comunicólogos y psicólogos) ha llevado numerosos centros académicos e incluso centros rectores a nivel nacional, como el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, a considerar que las «ciencias de la comunicación» y las «ciencias cognitivas» forman en realidad un sólo y mismo campo de estudio.

4. Lo anterior es el producto de los avances tanto de las ciencias de la comunicación como de las ciencias cognitivas en la segunda mitad del siglo XX, en que los investigadores se han visto desafiados por la llamada «revolución de las nuevas tecnologías de la información», producto del desarrollo de los computadores y su posterior unión con las telecomunicaciones.

Volveremos más adelante sobre los contenidos y aportes principales de las Ciencias Cognitivas.

2. ¿Por qué «Teoría Sistémica»?

Porque, como lo hemos señalado, necesitamos una herramienta que nos permita abordar en forma sistemática un campo altamente complejo, que implica no sólo la consideración y compatibilización de diferentes disciplinas principalmente la psicología, la biología y la física) sino también múltiples niveles de «desagregación» de los datos, sin poder perder de vista su interrelación ni tampoco la presencia de variables externas y, esencialmente, del rol clave del Medio Ambiente en el cual ocurre el fenómeno que nos interesa.

Esto sólo es posible si que cuenta con una teoría general, que permite considerar un fenómeno en su totalidad, enumerar sus componentes y estudiar las relaciones que los unen, sin reducir el todo a las partes, sino teniendo siempre presente que el todo es más que la suma de sus partes. Esto es lo que permite justamente la «Teoría General de Sistemas» o «Teoría del Sistema General», ambas apelaciones siendo igualmente válidas y siendo necesarias las dos para captar realmente lo que ella significa y la riqueza que ofrece como guía para estudiar un fenómeno como el de la comunicación.

1. Teoría de Sistemas y Sistemografía
1.1. Principios
Los estudios de carácter sistémico emergieron con fuerza a mediados de los años setenta, siendo su raíz la publicación de la obra de Ludwig von Bertalanffy,» General syste theory foundation, development, applications», en 1968. Ha demostrado desde entonces una extraordinaria fecundidad así como una aplicabilidad que va desde la biología (su origen) hasta la sociología, pasando por la mecánica y la informática, e incluso la lógica y la epistemología.

La teoría de sistema es una teoría basada en la confección de «modelos», una idea reciente en la ciencia, propia del Siglo XX. Es un método de representación del conocimiento de tipo inductivo y axiomático (o sea que se basa en premisas evidentes, que no requieren demostración), alejándose por lo tanto de los más tradicionales métodos hipotético- deductivos de la investigación aplicada.

Investigar de acuerdo a este enfoque implica que se formula una pregunta general y se pasa a recopilar numerosos datos que luego se categorizan y se ordenan para tratar de llegar a un esquema que ayude a entender el funcionamiento de los fenómenos estudiados. No es posible prever el tipo de producto - esquema o teoría - al cual se llegará: se va descubriendo (y corrigiendo numerosas veces) a medida que se avanza.

Los primeros teóricos de la sistémica definieron muchas veces los sistemas como «conjuntos de elementos en interacción», lo cual llevó erróneamente a ver en la teoría de conjuntos una herramienta adecuada de representación y al método analítico como su correlato (de ahí la conocida metodología del «análisis de sistemas», de amplia difusión en el campo de la informática administrativa).

Pero este «análisis de sistemas», como se ha venido descubriendo principalmente en Europa, no es real- mente fiel a los principios de la Teoría Sistémica. En efecto el método analítico (cartesiano) es reduccionista, mientras el método sistémico es «globalizador»: obliga a percibir cualquier objeto como parte de un todo, como relacionado con un entorno. Y la comprensión del objeto estará relacionada con la comprensión del en- torno. La sistémica adopta plenamente el principio según el cual «El todo es más que la suma de sus partes», que ya fue proclamado hace mucho tiempo por Aristóteles.

La sistémica pone además en entredicho el principio cartesiano de la causalidad lineal. Se acerca más al pensamiento oriental que, en vez de abstractas relaciones de causa a efecto, percibe múltiples solidaridades concretas de contrastes armónicos. En todo sistema, las relaciones son circulares, los objetos interactúan y los fenómenos están ligados en múltiples causalidades. Por ello, es igualmente racional y, sobre todo, mucho más enriquecedora la observación sistémica de relaciones fines/medios que la analítica de relaciones causas/efectos. Se reemplaza de este modo el principio de causalidad lineal por el precepto teleológico o de finalidad, que lleva a interpretar el objeto no en sí mismo sino por su comportamiento. Y en lugar de tratar de explicarlo a priori mediante alguna ley estructural, se consideran los proyectos u objetivos que se pueden atribuir al objeto y que son los que orientan su comportamiento.

De este modo, la sistémica - como método científico - es «una manera de conocer» más abarcadora que el método clásico de las ciencias experimentales (esencialmente orientado al análisis ontológico). Es también más dúctil y más consciente del rol del observador por cuanto se plantea siempre construir una descripción del sistema tal como lo ve y como se lo explica el modelizador. No pretende conocer la naturaleza última de las cosas: el conocer es, para ella, representarse algo, por lo cual está en perfecta consonancia con la ciencia cognitiva actual, compartiendo con ella la centralidad del concepto de representación.

1.2. Objeto
El estudio de organismos vivos jugó un papel funda- mental en el desarrollo de esta teoría sistémica, especialmente porque en ella la estructura es pocas veces explicativa de la función o de la evolución. La teleología (finalidad) es mucho más pertinente, como también lo es la apertura hacia el entorno o medio ambiente. Esta concepción de apertura del sistema fue una de las primeras hipótesis - junto con el aspecto teleológico - que planteó Bertalanffy al inicio de su trabajo, hacia 1930. Diez años después descubrió que lo que había planteado para los sistemas biológicos podía perfecta- mente ser generalizado.

La Teoría General de Sistemas se interesa, por esencia, por los sistemas llamados «abiertos», es decir sensibles a las condiciones de su medio ambiente, sean éstos naturales o artificiales. Todo sistema abierto es un objeto que, en su medio ambiente, dotado de finalidad, ejerce una actividad y ve su estructura evolucionar con el tiempo, sin perder sin embargo su identidad única. Cinco son por lo tanto los conceptos definitorios de un sistema: la actividad, la estabilidad, la finalidad, la evolución y la inserción en un entorno.

1.3. Método
se trata, no es de desarticular el objeto (análisis), sino de buscar una forma de representarlo de manera comprensible. Un «modelo» es un tipo de representación que permite rendir cuenta de las observaciones realizadas y prever el comportamiento del sistema en condiciones variables.

Modelizar implica escoger signos y organizarlos en redes. Una manera de hacerlo es la forma verbal narrativa, que ha predominado durante siglos. Pero en el caso de sistemas complejos los métodos narrativos son poco adecuados y se recurre por ello a formas visuales convencionales (tablas y gráficos), que son las que conforman la «sistemografía».
Se plantea, entonces, otro problema: ¿qué tipo de semejanza con el objeto será aceptable en una modelización sistémica? ¿Deben los gráficos, por ejemplo, mantener una relación isomórfica con el objeto estudiado?

En realidad, los gráficos sistémicos no tienen por qué ser isomorfos en relación a la apariencia visual del objeto de estudio, dado que lo que importa es su significado funcional y teleológico. Lo común, por lo tanto, consiste en recurrir a gráficos de carácter abstracto, ya que de lo que se trata es de construir un ensamble conceptual comprensible.

Por otra parte, un modelo sistémico tiene por componente esencial el tiempo o historicidad: considera el sistema en cuanto sujeto al paso del tiempo. De ahí la importancia de otro concepto: el de «proceso», en- tendido como cambio en la materia, energía o información que ocurre en el tiempo. La dimensión dinámica de un objeto - que es lo que interesa - se hace visible y se representa, por lo tanto, mediante procesos. El producto del proceso será una modificación de la forma o de la situación espacio temporal del objeto procesado.

1.4. Técnica
La sistémica es por esencia un método de representación del conocimiento que se propone concebir un modelo de la realidad bajo estudio. La teoría de la modelización sistémica se plantea como constructivista: pretende ayudar a construir conocimientos. De lo que Para facilitar este método de trabajo R. Ashby ha introducido el concepto de «caja negra»: ingenio que pro- cesa una entrada y genera con ello una salida, entrada y salida siendo elementos pertenecientes al entorno. Es «negra» en el sentido de que, al menos inicialmente, no se conoce lo que hay ni lo que ocurre «adentro»: sólo se sabe que «hace algo», que «opera una transformación», es decir que «procesa» elementos (objetos) provenientes del entorno. También se dice que el objeto «caja negra» realiza una «transacción» con el entorno. Los objetos que son transformados conforman un flujo (representado por las flechas del gráfico) que puede ser de materia, de energía o de información.

Complementariamente, el concepto de flujo entre un campo-entrada y un campo-salida implica el de almacenamiento, ya que debe haber cierta cantidad de objetos disponibles en el campo-entrada, mantenidos en la caja para su transformación y reconocibles en el campo-salida. De este modo, podemos agregar nuevas distinciones en el gráfico anterior. Nuestra "caja negra" ya no es tan oscura, ya que sabemos que tiene al menos dos funciones: una de transformación y otra de conservación transitoria del objeto en curso de transformación. Distinguir componentes internos (elementos estructurales o funciones) es lo que se llama habitualmente "realizar una partición".

El modelo del «procesador», recién graficado, es el primero que propone la teoría de sistema. Es a la vez un modelo del «Sistema General» y el modelo inicial de cualquier trabajo de modelización sistémica. Se puede ver de inmediato que se aplica igualmente al ser humano y al computador, y esta forma de proceder - para describir nuestro objeto y el proceso de comunicación- es la que utilizamos en nuestra Teoría Cognitiva Sistémica de la Comunicación.

2. Ciencias Cognitivas

2.1. ¿Qué es la «CIENCIA COGNITIVA»?
Es el ámbito de conocimiento e investigación definido por los procesos de adquisición de conocimientos, tanto naturales como artificiales, y por su modo de constitución. Se encuentra por lo tanto en la intersección de varias disciplinas que se ocupan de estos procesos, siendo las principales: la informática, la psicología y las neurociencias, y las anexas: la socio-antropología, la lingüística, la ergonomía y la microelectrónica (fabricación de hardware).

No es, por lo tanto, una ciencia «en sí» - razón por la cual se rechaza habitualmente la apelación «ciencia cognitiva» (en singular) -, sino un campo de investigación y de desarrollo de aplicaciones, que forma una unidad funcional basada en un objetivo central común: descubrir las capacidades representacionales y computacionales de la mente y su representación estructural y funcional en el cerebro. Un concepto medular en la ciencia cognitiva es el de información, entendida como «contenido» y considerada no tanto en su transmisión sino en su conservación y uso.

Corolario importante es la simulación de los menciona- dos procesos en mecanismos artificiales a la vez como medio de investigación y para generar aplicaciones que ayuden al ser humano: bases de conocimientos, sistemas con asistencia al operador, enseñanza asistida, sistemas de ayuda a la decisión, simulaciones, etc. A este corolario (que algunos, equivocadamente, sitúan en el centro de las ciencias cognitivas), corresponde el campo de la INGENIERÍA DEL CONOCIMIENTO.

2.2. Origen de la problemática
El interés por investigar el conocimiento, a mediados de este siglo, parte de cuatro hechos significativos:
a. un artículo publicado por el matemático inglés Alan Turing en 1936 sobre la solución de un problema matemático planteado por cierto entrelazamiento de cálculos y, particularmente, la posibilidad de lograrlo mediante una máquina capaz de leer y escribir símbolos en una serie ilimitada de celdas, a condición de que ciertos símbolos puedan ser leídos como instrucciones de cambio o de direccionamiento de otros símbolos. Esto es la concepción teórica básica de un computador.
b. En 1937, Cl. Shannon, estudiante del MIT, propone representar «las leyes booleanas del pensamiento» mediante circuitos electrónicos. Ésta fue la base práctica (tecnológica) requerida para empezar a construir computadores.
c. En 1948 tiene lugar un Simposio de la Fundación Hixon sobre «Los mecanismos cerebrales de la conducta», que tuvo la participación destacada de John von Neumann (analogía entre el cerebro y el ordenador), Warren Mc Culloch (procesamiento cerebral de la información) y Karl Lashley (el problema del orden serial en la conducta). Se considera habitualmente que este simposio fue el origen de la investigación cognitiva.
d. En 1956, se realizó otra reunión de extrema importancia, en el Darmouth College, para discutir la posibilidad de construir máquinas que no se limitaran a hacer cálculos prefijados sino operaciones genuinamente «inteligentes». Los participantes en la reunión de Dartmouth (McCarthy, Minsky, Newell, Shaw y Simon) fueron los verdaderos iniciadores en el campo de investigación que McCarthy bautizó en este encuentro como «Inteligencia Artificial» (I.A.).
Los mismos objetivos prioritarios de la I.A. han sido desde entonces» entender la inteligencia natural humana y usar máquinas inteligentes para adquirir cono- cimientos y resolver problemas considerados como intelectualmente difíciles», lo cual deriva obviamente en la necesidad de estudiar más profundamente los procesos de conocimiento.

El desarrollo de la psicología cognitiva -y de las Ciencias Cognitivas en general - se debe de modo muy especial al impulso dado por los investigadores en I.A. A raiz de esta situación, la informática constituye uno de los tres «pilares» de las Ciencias Cognitivas, junto con la psicología y la biología (y más específicamente la neurología).

Algunos enfoques cognitivos, como los conocidos trabajos de Humberto Maturana y Francisco Varela par- ten de la Biología para llegar a la Psicología y a la Sociología (proceso o de abajo hacia arriba). El mismo proceso, pero más extenso y más cuidadoso en relación a la complejidad de la realidad ha seguido Edgar Morin, partiendo de la física para llegar hasta el mundo de las ideas.

Nuestra posición es la inversa: consiste en preguntar- nos ¿QUÉ HACE POSIBLE LA COMUNICACIÓN y - con ella- el desarrollo cognitivo?

Por esta razón partimos de la experiencia (psicológica) de la comunicación, para buscar las raíces biológicas de la misma y luego las bases físicas.

2ª PARTE

T EORÍA COGNITIVA SISTÉMICA DE LA COMUNICACIÓN

Lo que nos ha llevado a formular esta Teoría es la convicción de que el CENTRO del proceso de comunicación es el SER HUMANO y no el Medio de Comunicación como parecían indicar los modelos tradicionales ("difusionistas"), que recurren habitualmente al modelo «Emisión-Transmisión-Recepción». Nuestro enfoque es diferente, porque situamos al sujeto en el centro del proceso y la psicología genética nos enseña que el hombre es un receptor antes de llegar a ser un emisor eficiente. Podemos sin embargo, para ayudar al lector más acostumbrado al modelo clásico, mostrar gráficamente cómo se relacionan ambos enfoque

3.El nivel psicológico
La psicología cognitiva, en su núcleo central, refiere la explicación de la conducta a entidades mentales, a estados, procesos y disposiciones de naturaleza mental, los que considera su objeto de estudio y acerca de los cuales desarrolla su discurso. De acuerdo a esta amplia concepción, son ya múltiples las investigaciones y los desarrollos que han sido realizados en el curso de este siglo.
La comunicación es una necesidad del ser humano, asociada a su propia finalidad, lo cual se expresa en el concepto de «teleología». Todo el futuro del niño - como verdadero ser humano consciente de sí mismo y responsable de sus acciones - se juega en las primeras etapas de su vida, y -a partir de ellas- la comunicación incide de modo decisivo en su desarrollo intelectual. Es más: a lo largo de la existencia humana serán numerosos los factores tanto íntimos como sociales que seguirán, de un modo u otro, «obligándole» a comunicarse.

3.1. El «ingreso» de la información La percepción es la base de todo pensamiento. Aunque muchas veces se haya considerado como un canal de entrada por el cual ingresarían en la mente informaciones procedentes del medio ambiente, la biología demuestra que no es exactamente así. Nada, en efecto, traspasa a la «membrana» que separa el ser humano de su Entorno, cuando de información se trata. Los órganos de percepción sólo tienen por función reaccionar ante cambios en su entorno, los cuales podrían afectar el equilibrio que el individuo mantiene con éste y - por lo tanto - hacen necesaria una acción correctiva en pro del restablecimiento de dicho equilibrio
El «ingreso de la información» implica:

- la detección de cambios que afectan nuestra realidad interna (esencialmente a través de nuestro sistema nervioso, como nos lo indicará el estudio biológico)
- la transformación de éstos y su transmisión hacia una «unidad central» que los procesará,
- la conservación momentánea de la información mientras dure el proceso inicial de reconocimiento,
- la conservación definitiva de la información (bajo ciertas condiciones).

El origen de los cambios detectados puede ser tanto el medio ambiente como el interior del organismo humano, sea el mismo sistema nervioso, sean otros órganos (ver gráficos siguientes).

3.2. La conservación de la información

Los procesos propiamente psicológicos relativos a la percepción toman lugar en el momento en que los perceptos llegan a la memoria de trabajo (o «memoria de corto plazo»), donde toman la forma de «representaciones primarias», en el ámbito que corresponde a la conciencia. Por lo tanto es con la consideración de la conservación de la información que hemos de iniciar el estudio de las funciones psicológicas.

La retención de información se produce en tres etapas y subsistemas que cumplen diferentes funciones: el almacén de información sensorial, la memoria de corto plazo y la memoria de largo plazo. La primera es un fenómeno meramente fisiológico, que abordaremos en un capítulo posterior. Los procesos conscientes intervienen a partir del acceso mental a la memoria de corto plazo o «de trabajo» (MCP). No hay aquí una mera acumulación de los impulsos recibidos sino que se produce una transformación globalizadora de los mismos, que implica interpretación. La duración de la retención en esta memoria es del orden de 6 segundos, la pérdida u olvido pudiendo producirse por el paso del tiempo (±70% en 12 seg.) o por interferencia (entrada de nuevos impulsos).

La información contenida en la MCP, si cumple ciertos requisitos, puede pasar a la memoria de largo plazo (MLP), donde quedará registrada en forma indefinida. Solo hay memorización definitiva si existe un esfuerzo
de ATENCION y un «TRATAMIENTO» consecuente. La memoria sin atención, no sobrepasa el corto plazo. Pero, además, la transformación de la información en conocimiento se efectúa mediante el análisis de esta información y la determinación de sus RELACIONES CON LO QUE YA ESTÁ ALMACENADO. De este modo se establecen «interconexiones» y aparecen múltiples «rutas de acceso» a dicha información. Así, tampoco está conservada en un lugar único y preciso, sino que distintos elementos quedan archivados en posiciones alejadas unas de otras y a veces repetidas (lo cual es también un mecanismo de alta seguridad). Además, un esfuerzo consciente por afinar y multiplicar estas relaciones dará aún más seguridad y más vías de acceso, por lo cual se hará más fácil la recuperación posterior. De ahí que lo que menos comprendemos es lo que menos recordamos, y recíprocamente.
La MLP no solo conserva los datos y sus relaciones. Mantiene activo, además, un sistema de «inventario» que controla las «existencias» (datos) y registra sus «direcciones» (vías de acceso): es la «META-MEMO- RIA» (memoria acerca de la memoria).

Existen esencialmente dos tipos de memorias: la semántica y la episódica. "Conocer" algo significa habitualmente dos cosas: ser capaz de definirlo, es decir de representarlo verbalmente por medio de otros términos (los que - a su vez - representan a otros conceptos), y poder reconocerlo cuando se presenta(o sea efectuar la identificación entre dos representaciones distintas, por ejemplo lo que vemos y el nombre común del objeto visto). Lo que asegura la conservación de las relaciones (jerárquicas y tipológicas) que permiten este proceso es la memoria semántica.

Pero nuestra vida es un constante transcurrir de acontecimientos, ligados los unos a los otros. Esto también ha de ser registrado, y éste es el rol de la "memoria episódica". Ésta se puede representar como una cadena de átomos, cada uno con un núcleo -que es la "acción" presente en el evento- y con "electrones" que son los atributos que permanecen vinculados al núcleo. Así, todo acontecimiento ocurre en un determina- do momento y un determinado lugar (atributos Podemos ahora deducir lo que se entiende por INFORMACIÓN en este enfoque sistémico:
1
2 La información es lo que afecta un determinado sistema, obligándolo a reorganizar su estructura interna y, eventualmente a efectuar operaciones compensatorias que afecten a su entorno. El conocimiento, por su parte, es la suma de los «rastros» dejados por estos cambios principalmente en los niveles superiores de su subsistema procesador (en el «almacén interno» o MLP), subsistema que -debido a los cambios acumulados reaccionará de manera diferente ante nuevos impulsos provenientes del exterior o de sus propias operaciones internas.
En resumen, y más esquemáticamente, el conocimiento C es lo que diferencia el "circunstanciales"); puede ser real (verdadero) o imaginario (como los que se cuentan en las novelas), por lo cual anotamos el atributo "verdad".
También existen otros atributos variables (que pueden estar o no estar) como el sujeto-actor, el afectado ("paciente"), el instrumento, una condición (si...), etc.

Finalmente, hay que señalar que la estructura episódica y la estructura semántica se conectan entre sí en todos los puntos, dado que cada componente de una momento t , como consecuencia de la recepción de información I. Por lo tanto, según esta manera de ver las cosas, la emisión de algún mensaje no significa necesariamente que se transmita efectivamente información: puede cadena episódica debe poder ser categorizado, jerarquizado, relacionado con muchos otros, para que haya una comprensión cabal. Este proceso, mediante el recurso de la sistemografía, puede representarse como en gráfico adjunto: haber habido emisión (de parte de otro sistema) e incluso recepción por parte de S, pero si el sistema S no se modifica, el mensaje NO LLEVABA -para él- NINGUNA INFORMACION. (Un ejemplo típico es la repetición de un dato conocido).

Esto es un correlato importante del enfoque sistémico, que todo comunicador debería tomar en cuenta: lo que es realmente información depende de las condiciones previas del sistema receptor.

3.3. La producción de mensajes

Gracias al lenguaje (sistema de representación, que también queda incorporado en la memoria, principal- mente semántica), todo lo anterior constituye la base de nuestra capacidad de expresión y hacen que, gracias al conocimiento adquirido (hemos de ser primero receptores), podemos transformarnos finalmente en emisores, lo cual ocurre de la manera señalada en el siguiente gráfico.

3.4. Síntesis
Considerando ahora todas las etapas (que no detallamos en el presente texto), llegamos a la representación sintética del sistema, a nivel psicológico que se encuentra en el gráfico de la página siguiente.

(El estudio en profundidad y la sistemografía «desmenuzan» estos gráficos en múltiples partes, explicando en detalle de qué se compone y cómo opera cada una).

4. El nivel biológico
Pero los procesos psicológicos no ocurren en un «mundo psicológico» sino que involucran y son en gran parte el producto de una realidad material que los sostiene. Sabemos perfectamente que el órgano que realiza la casi totalidad de los «operaciones mentales» es el cerebro, o sea parte de nuestro ser biológico. Saber cómo y por qué estas operaciones se producen de una determinada manera, generando lo que llamamos «el pensamiento» y sirviéndose de la memoria, cuyo so- porte son también estructuras fisiológicas, obliga a pasar a estudiar el organismo en el nivel biológico.

4.1. Los sistemas corporales

Mientras las disciplinas cognitivas, y especialmente la Inteligencia Artificial, se concentran en las funciones y la organización del sistema nervioso, que consideraremos obviamente como un tema central, no podemos dejar de recalcar la importancia de dos otros subsistemas: por una parte el sistema motor y por otra el sistema endocrino (que produce las hormonas).
El sistema motor (entendido aquí en sentido amplio) se compone de los músculos (órganos de elongación variable), de la estructura osteo articular y, para el caso de la fonación, se combina con la función respiratoria (que interviene en el funcionamiento de las cuerdas vocales). Así, forman parte del sistema motor - y sólo nos interesarán aquí - los «órganos efectores» que son los que permiten la expresión comunicativa, medio por el cual acciones del sujeto afectan mecánicamente al entorno: por ejemplo la producción manual de trazos en el papel (escritura, dibujo) o la producción de sonidos (voz).

Por otra parte, el aparato endocrino ha ido revelando cada vez más su importancia para la comprensión del funcionamiento del sistema nervioso. El cerebro re- quiere, para funcionar, no sólo de la interacción con todos los órganos que controla a través de los impulsos nerviosos, sino también del sistema de información química de las hormonas, secretadas tanto en el interior del cerebro como en glándulas situadas en otros lugares. Es el conjunto de estos sistemas el que determina el «estado corporal» y éste, a su vez, afecta los procesos mentales, por más elevados o «espirituales» que sean. Pero la química corporal no sólo influye en el cerebro a través de la información global sobre el estado del cuerpo. Existe una interacción específica, debajo del nivel de la conciencia, entre órganos de percepción y producción hormonal así como entre ésta y los órganos efectores.

4.2. El sistema procesador
Para la modelización sistémica, la biología nos ofrece diversos métodos que, combinados, ayudan a determinar los límites de los sub-sistemas que debemos definir: el estudio genético (cómo se desarrolla el sistema), la disección y las técnicas de diagnóstico no invasivas - como la tomografía computarizada - que permiten descubrir la posición y los límites de componentes de los sistemas orgánicos de acuerdo a su composición o funcionamiento.

El componente básico del Sistema Nervioso es la neurona, pero se debe tener a la vista que se trata de una célula especializada. En el crecimiento del sistema nervioso, se constituyen en el cerebro «columnas» de neuronas altamente interconectadas y sus axones (canales de transmisión) crecen, como buscando un «punto de destino» muy alejado del cuerpo celular, para establecer una nueva conexión, conforme a una suerte de programación establecida en los genes, la cual indica hacia donde deben crecer. Existen aproximadamente 100 mil millones (1011) de neuronas y la cantidad de conexiones entre neuronas cerebrales es del orden de 1015, pero el conjunto de los micro túbulos que conforman la membrana de una sola neurona es capaz de realizar la enorme cantidad de
1027 cambios por segundo. Esto daría al cerebro la capacidad de realizar 1042 operaciones por segundo. Solamente las conexiones entre neuronas, que tienen una capacidad binaria (transmiten o no transmiten la señal de una célula a la otra) permitirían la friolera de
210.000.000 de estados posibles. Y se de multiplicar aún por los 1027 cambios posible en el interior de una neurona. Resulta fácil demostrar que esta cantidad supera todas las posibilidades de descripción (No existiría, para ello, ni siquiera la materia -moléculas- necesaria para escribirla, según Johansen).

¿Realmente pueden los hombres ser tan diferentes y asumir tantas conductas? Obviamente que no. Todo sistema, y en particular un sistema complejo, debe mantenerse dentro de un estricto rango de equilibrio interno - y externo, con su ambiente - (homeóstasis), por lo cual un gran número de los estados posibles resulta inconveniente o francamente peligroso y el propio sistema, gracias a sus mecanismos de auto- regulación, los evita en forma automática.

La existencia de restricciones implica que un componente o subsistema sólo puede asumir estados limita- dos, a veces muy poco numerosos. Todo ello implica la existencia de mecanismos de auto-control, que evitan el surgimiento de estados inapropiados. Por ello, existe una cantidad astronómica de estados posibles que no son probables. Por ello existen subsistemas con funciones especializadas, que interactúan entre sí. La investigación biológica ha demostrado que no se ajustan necesariamente a un modelo mecánico o computacional: la vida tiene sus propias soluciones y éstas son el producto de un largo proceso evolutivo, razón por la cual la organización actual no es necesariamente la que pudiera parecer «la más lógica».
El modo de operación básico y mejor conocido de la neurona es la transmisión del impulso eléctrico de un extremo al otro gracias al cambio de polaridad de su membrana. Pero también se ha descubierto, más recientemente, que existe otro fenómeno de transmisión dentro de los «microtúbulos» que conforman la membrana, fenómeno que parece regirse por las leyes de la física cuántica.
¿Cuáles estos subsistemas? Son esencialmente tres, como se muestra en el siguiente gráfico:

YANAPATA YUNGUYO WAYNA KUSISIWI