jueves, 17 de noviembre de 2011

CÓMO ES EL CATEDRÁTICO DE LA UNA

El rol del catedrático a lo largo de la historia ha venido cambiado, de un profesional reflexivo y autónomo moral, a un crítico e investigador en bien de la sociedad; y ahora, a un docente simple y común, que es difícil devolverle esta denominación. Este problema no sólo es contextual, sino es una situación real que ocurre en todo el Perú y en distintos países del Latinoamérica, pero lamentablemente el catedrático ha perdido esa denominación y reconocimiento.

¿Y por qué ocurre esto? y ¿Cómo son los de la UNA?, calificar a todos homogéneamente no sería agradable para muchos, pero la mayoría son por ocasión, quienes al ser aliado de las autoridades, y sin tener estudios de didáctica universitaria, recurren ante las autoridades universitarias a pedir favores políticos, y así hoy asumen este cargo tan delicado y el producto de ello, las universidades parecen tener reservas de desempleados y los profesionales mediocres .

Es raro ver a un docente universitario ingresar por su propia capacidad y vocación; entonces ahí está la mediocridad de estos docentes que no aportan nada en bien de la sociedad. ¿La formación de los estudiantes no es que debería ser eficiente y con docentes eficaces? Lo que pasa es que en las universidades, al eficiente no se valora, más bien hay que ser muy allegado a las autoridades.

¿Y qué es del clase modelo y las evaluaciones semestrales a cada docente?, es sólo una finta, donde el docente para no ser desestimado, en ese momento y en las cuatro paredes construye la sesión de mil maravillas, pero luego, nunca es plasmado con los estudiantes. Valga la pena saludar a los verdaderos catedráticos, que el dios la sociedad y el tiempo sabrá reconocerlos.

En la UNA puno ¿cuántos son los que no cumplen el perfil del docente? Medir la cantidad y la calidad de nuestros docentes, sería hacer un trabajo muy amplio; pero esta triste realidad y la rutina de simulación e improvisación se observa a diario. Es así estos irregulares docentes, en vez de dar cátedra, pasan las horas hablando de temas muy distantes a la realidad del curso imponiendo sus ideas vagas; y en el peor de los casos amenazando con las notas a las refutaciones de sus estudiantes.

Hay docente que en vez de dar cátedra, sólo dictan pura teorías como a un niño de primaria y para el colmo de separatas desfasadas; otros para eludir su incapacidad entregan un listado de temas para exposiciones, y sin ninguna réplica a las dudas de los estudiantes. Otros manifiestan diciendo: “yo por primera vez estoy llevando y aprenderé con ustedes” Otros dicen “!Ustedes están en la universidad investiguen!”; pero nos preguntamos ¿cuántos docentes hacen investigación en la UNA?, ¿No es que deberían de enseñar con ejemplos? Y en el peor de los casos expresan “no me hagan renegar, ustedes no son los que me van a pagar mi hígado; yo contesto, si no son de vocación déjenlos para los preparados.

Juzgar a todo los catedráticos de nuestra universidad sería un error, porque hay excelentes docentes bien preparados tanto académicamente y metodológicamente, pero por desliz de aquellos docentes se ha denigrado al catedrático y, hoy muchos estudiantes dudan de sus catedráticos. Así se genera el conflicto y la indiferencia entre los estudiantes y docentes cada vez más.

En la actualidad el perfil del docente debe ser: Conocer la realidad universitaria, preparado académicamente, tener metodología de enseñanza, ser sensible a los problemas de los estudiantes con el espíritu democrático y autocritico de su labor docente, observador e intuitivo a las manifestaciones de sus demandas, creativo y altamente motivador, asimismo el docente debe ser comprensivo, atrayente, tratable, interesado por los estudiantes, delicado, ser escrupuloso para calificar y no sentir aversión por un estudiante, dar para todo y no solo para uno.

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YANAPATA YUNGUYO WAYNA KUSISIWI